ALBERTO WAINERRÁPIDA HISTORIA DEL CERVANTES |
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1. EL ESCENARIO DE UN ESCENARIO
Todas las historias tienen un antes: la del Cervantes también. ¿Qué tal, entonces, una ojeada a ese año de 1897 en el que la eximia María Guerrero y su compañía arribaron por primera vez a este País joven, con Capital recién nacida que lucía su puerto casi nuevo y su alumbrado eléctrico flamante. En el viven ¡y que bien viven! los que disfrutan las delicias de un modelo agropecuario importador, también los otros, el criollaje del interior en busca de las migajas de esa euforia y, aunque casi no cuenten , los que huyendo de una miseria se hunden, y más profundo, en otra, la de los conventillos. El teatro, igualito o mejor que "Caras y caretas", los retrata: Juan Moreira es el sueño de justicia, Cocoliche la parodia del tano acriollado, M´hijo el dotor, el sueño irrealizable. En ese escenario desembacan y en él actuan los cómicos españoles. Mientras, la ciudad crece y crece a expensas de sus barrios, verdaderas patrias chicas suburbiales. Claro, seguramente no salió de esos arrabales el publico que ocupo los suntuosos palcos y plateas del Odeón ese 26 de mayo de 1897 en el que la trouppe de "la madre patria" -así la anunciaban los diarios- represento La dama boba de Lope de Vega. Esa misma obra, veinticuatro años después, inauguro el Cervantes. Pero, de todo eso, ya iremos conversando... 2. TIEMPO Y ESPACIO DE LA CREACIÓN DE UN SUEÑO (LA IDEA)Era el tiempo y el espacio de la creación de un sueño: El Cervantes. ![]() La patria de los actores, lo llamó Delia Garcés, y, nació, como ya dejamos dicho, en Buenos Aires, "La Atenas del Plata", como se la reconocía, la capital de un país que apenas 10 años atrás había celebrado sus cien años. Un país que, pese a la crisis del 90, continuaba siendo un paraíso agropecuario. Un país que se abría, día a día, a miles de inmigrantes. Un país, cuya clase dirigente se observaban en los espejos de las grandes capitales Europeas. Tiempo y espacio del Cervantes: generosidad, desmesura, locura, elíja cada uno el adjetivo de esa fundación- 86 años y aquí está, cuando tantas otras utopías, ya no existen, cuando tantos otros escenarios sobre los que se fundó nuestra escena nacional, son apenas memoria y, si no nos repensamos ya mismo, pronto será olvido. 3. LA PRIMERA FUNDACIÓN (1921)
Aquí, -mientras Europa y los Estados unidos ahogaban el recuerdo doloroso de la gran guerra en la vorágine excitante de los años locos - Armando Discépolo estrenaba "Mustafá", José Ingenieros proclamaba "Los Nuevos tiempos", y se producía la huelga de los peones patagónicos y su feroz represión militar. En la Rusia soviética se imponía La Nueva Política Económica y, en Italia, Mussolini preparaba su marcha sobre Roma y Pirandello libraba a sus seis personajes para que encontrasen un autor. 4. EL FIN DE UN COMIENZO (1926)
En el Ateneo se estrenaba "La novia de los forasteros" de Pedro E. Pico y, en lo que atañe a nuestro Cervantes, se lo podía admirar desde la perspectiva diagonal de la Plaza Lavalle y resultaba magnifico ¿Quién podía dudarlo? Magnífico sí, pero también exorbitante, y las deudas asfixiaban a sus creadores: créditos hipotecarios, venta de palcos bajos en propiedad, a veces vitalicia, etc. etc., etc... Y, así, al hermoso gesto inicial suceden cinco años de agónica mediocridad...los sueños artísticos de la Guerrero se irán desvaneciendo uno a uno. Triviales o sublimes, y lo más sugestivo: sin estorbarse, desfilarán por el flamante escenario, los extremos de la frivolidad y del teatro de qualité cosmopolita. Eso sí: las clases altas porteñas, a escasos 13 años de la inauguración del Colón, disponen de otro nuevo y coqueto espejo para observarse, afirmarse, festejarse... 5. SIN DESTINO APARENTE (adquisición del Teatro Cervantes por el Estado)
Con ese trasfondo el dramaturgo Enrique García Velloso describe así la situación del faustoso Cervantes de apenas cuatro años: "Todos ustedes conocen esta soberbia casa de arte- dice el autor- y todos están al cabo de las desventuras financieras que desde antes de su terminación, pesaron sobre sus ilustres iniciadores y propietarios. El teatro Cervantes está perdido para ellos y pensando dolorosamente que el magnífico teatro pase a manos mercenarias aconsejo su rápida adquisición al gobierno nacional... Voy a arriesgarme a la indiscreción de puntualizar con cifras dicho desastre. Y lo hace en efecto, y con crudeza. Hay fundados rumores de que el Teatro será vendido en pública subasta y de que se ha constituido una sociedad comercial dispuesta a adquirirlo para convertirlo en casa de diversiones con cabaret, mesas de juego, cine y varieté. El tiempo urge: Una comisión de gente del teatro y la cultura pide y obtiene en 1926 una audiencia con el Presidente Alvear para promover su adquisición por el Estado. 6. LA SEGUNDA FUNDACIÓN (1936)
Carlos Gardel había muerto en 1935. En el Maipo noche a noche la negra Bozán desvelaba la oscura lucidez de Discepolín y el mundo se abría como la vidriera irrespetuosa de los cambalaches: Leyes raciales en Nuremberg, Frente Popular en Francia y las democracias europeas proclamándose neutrales ante al alzamiento contra la República Española que se había estrenado asesinando a Federico García Lorca. Ese es el telón de fondo del debut del Teatro Nacional de Comedia dirigido por Don Antonio Cunill Cabanellas. La obra: "Locos de Verano" de Gregorio de Laferrere. 7. ANTONIO CUNILL CABANELLAS Y EL TEATRO NACIONAL DE COMEDIA)
8. LA HISTORIA BORRADA (1946/1955)
En los años 50, por ejemplo, además de en sus dos salas -"María Guerrero" y "Argentina"- El Cervantes funcionaba en el "Roberto Caseaux", viejo cine-teatro ubicado en la frontera de los barrios de Once y Boedo, y también en el "Patagonia", de la calle Montevideo y como con el elenco capitalino no alcanzaba, se mantenian dos compañías en gira por todo el país... Está también el Seminario Dramático, proyectado y dirigido por Juan Oscar Ponferrada, el autor de "El carnaval del diablo", La "Antígona Velez" de Leopoldo Marechal dirigida por Enrique Santos Discépolo, etc. etc. etc. Aquí no se trata de reprocharle al historiador oficial su perspectiva tendenciosa, ¿es imaginable una historia objetiva? Él fue consecuente con una lectura nacida en 1853 y reafirmada en 1955. Menos respeto nos merecen los que asumieron su relato sin espíritu crítico y lo reprodujeron hasta erigirlo en fuente unívoca. 9. ¿UNA ETAPA NUEVA? LA COMEDIA NACIONAL ARGENTINA (1956)
Su programación no se centra en la dramática nacional -7 obras argentinas y 8 de autor extranjero- proporción que conviene comparar con la del Teatro Nacional de Comedia: 10. DEL INCENDIO AL SILENCIOEn la mañana del 10 de junio de de 1961 se produjo el incendio que destruyó el Cervantes. "Catástrofe Nacional" , titularon los diarios esa tarde. Jean Louis Barrault que nos visitaba con su compañía se recordará, años después, a sí mismo observando, con infinita tristeza, los escombros humeantes y todavía anegados, el chamuscado terciopelo rojo, la desolación de quienes miraban sin creer lo que veían. Siete años después el Cervantes, renovado, abre sus puertas al público con la presentación de la obra de Lope de Vega "Peribañez y el Comendador de Ocaña". A la reapertura asistió Juan Carlos Onganía, presidente "de facto", responsable de una rígida censura que alcanzaba a toda la prensa y a todas las manifestaciones culturales, responsable también de la represión estudiantil de la noche de los bastones largos 11. ¿LA FUNCIÓN DEBE CONTINUAR? (Los años del Proceso militar)Poco menos de una década pero muchas, muchas cosas habían ocurrido en el mundo desde que el Cervantes reabrió sus puertas, tras el incendio del 61...Por citar unas pocas, la revolución cultural en China, el mayo francés, la primavera de Praga y su trágico final, la derrota norteamericana en Vietnan, la muerte de Franco y, casi como símbolo, un poco irónico: la huella del hombre en la luna. La Argentina del Cordobazo había preparado el regreso y la presidencia, en 1974, del General Perón que ese mismo año moriría....El Plan Condor se urdía en las sombras y la triple A o el Rodrigazo lo preanunciaban y así es como otra dictadura, la genocida transcurre por la Argentina de 1976 a 1982 y, naturalmente, también por el Teatro Nacional Cervantes, sin que la función se suspendiera. Quizás eso fuera necesario para, en medio de la masacre, preservar un espacio de arte y humanidad , quizás las razones fueron menos nobles. Lo importante es que la lectura crítica, necesaria, sigue sin realizarse. Autores, actores y otros especialistas teatrales eran prohibidos, exiliados o desaparecidos pero, en el Teatro, el telón se alzaba, eso sí: prudente y oportunista. 12. LA REFUNDACIÓN DE UNA UTOPÍA (1)![]() En 1995, a 12 años de la recuperación de la democracia, el Cervantes fue declarado Monumento Histórico Nacional y en 1997 -en el que se aprobó la Ley Nacional del teatro, conquista, al fin, su anhelada autarquía. Esto sucede -y no parece casual- durante la gestión de Osvaldo Dragún, extraordinario dramaturgo y figura inspiradora de esa lección de dignidad conocida como Teatro Abierto, a través del cual, el teatro argentino reafirmó frente a la Dictadura Militar genocida no solo su existencia, también su vigencia y su compromiso militante. Los escenarios del T.N.C. se abrieron entonces a los Encuentros de Teatro Hispanoamericano y ensayaron una política teatral, absolutamente comprometida con las teatralidades de una región cultural y lingüística de pertenencia. Y si en el transcurso de esta rápida memoria hemos referido a una primera y a una segunda fundación, ¿cómo no advertir en esos encuentros fraternales los indicios, el sentido, la necesidad de una refundación? ¿Una reafirmación honda e irrenunciable de la idea de ética y estética como valores inseparables? ¿Una definición de Teatro Nacional como patrimonio plural, abierto, democrático, de todos los argentinos, por encima de cualquier gestión política coyuntural? 13. LA REFUNDACIÓN DE UNA UTOPÍA (2)
En arte no hay progreso, hay proceso: Cada impulso histórico artístico, reduce las formas artísticas existentes, las descompone y las hace anticuadas pero, y aquí está lo importante- si pretende tener raíces- deberá conservar sus elementos esenciales y resignificarlos. Necesitamos tradición y experiencia nueva, crisis, trasgresión y rescate. Un gran Teatro Nacional es eso y, además y sobre todo, una lengua común. El Nuestro lo será en la medida que se reconozca como espacio de plena dedicación a las dramaturgias nacionales y a las nacidas con los múltiples acentos de la lengua española. Esto no lo divorciará de las restantes expresiones del gran teatro universal, por el contrario, lo hermanará a las Compañías Nacionales de diversas lenguas, en la tarea de preservar, investigar y ensanchar un territorio creativo específico, y resguardar con ellas, de este modo, la totalidad de un patrimonio artístico que pertenece a toda la humanidad. He aquí un proyecto, un sentido, Hamlet lo definiría como "un sueño de pasión".
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